lunes, 7 de noviembre de 2016

Los científicos creen que las gallinas que comemos están siendo asesinadas mientras están conscientes.


Traducción del artículo "Scientists Believe The Chickens We Eat Are Being Slaughtered While Conscious" de Nico Pitney
http://www.huffingtonpost.com/entry/chickens-slaughtered-conscious_us_580e3d35e4b000d0b157bf98

Los científicos creen que las gallinas que comemos están siendo asesinadas mientras están conscientes.



Alrededor de 9 millones de gallinas son asesinadas para comida cada año en Estados Unidos, y según la industria avícola, estos animales son aturdidos para volverlos inconscientes antes de que una cuchilla industrial les corte el cuello. 

Pero los científicos han llegado a una conclusión mucho más horrible. Su investigación demuestra que el método favorecido por los procesadores avícolas de Estados Unidos para aturdir a las aves ― pasarlas por agua electrificada ― no hace que las aves dejen de sentir antes de que las maten.

Como resultado, dicen los científicos, un número incalculable de los pollos que comemos ― cientos de millones y potencialmente muchos más ― probablemente experimentan un sufrimiento intenso cuando son asesinados.            

La actividad cerebral indica que estos animales pueden ser capaces de experimentar dolor cuando reciben una descarga eléctrica paralizante que induce a convulsiones músculares tónicas, y luego cuando sus gargantas son forzadas a pasar por una cuchilla afilada.
El alcance del sufrimiento es casi ciertamente enorme. Si sólo el 1% de las gallinas criadas cada año en Estados Unidos no son aturdidas efectivamente, eso significa que aproximadamente 90 millones de animales experimentarán una muerte violenta y dolorosa. Eso es más que el número total de perros tenidos como mascotas en este país.

A diferencia de Europa, prácticamente no existe ninguna normativa gubernamental en Estados Unidos que establezca una matanza humanitaria de las gallinas. Sin embargo, a raíz de la presión pública, el primer gran productor avícola estadounidense, Perdue, se comprometió este año con eliminar gradualmente el uso de agua electrificada.

Ahora los grupos de protección de los animales están presionando a los competidores de Perdue, como Tyson Foods, y grandes empresas estadounidenses de servicios alimenticios, como Aramark, para que sigan su ejemplo.

Las gallinas inmovilizadas se muestran saliendo de un baño de agua eléctrico para aturdirlas. (Crédito: Asociación Estadounidense de Avicultura y Huevos)

Los investigadores dicen que un baño de agua eléctrico correctamente calibrado puede aturdir a una gran mayoría de las aves que pasen por él. Pero lo dabólico está en los detalles.
Cada baño de agua tiene varios ajustes de electricidad (para características como la corriente, el voltaje y la frecuencia), y los cambios en estos ajustes implican mayores sacrificios.

El uso de una carga de baja frecuencia aumenta la probabilidad de que el ave quede aturdida, pero también aumenta la probabilidad de que se dañe su carcasa. Los choques de baja frecuencia pueden desencadenar convulsiones musculares más intensas, causando a veces huesos fracturados y vasos sanguíneos rotos. La carne resultante puede estar demasiado dañada o visualmente poco atractiva para vender.          

Y sin normas de bienestar animal que guíen las compañías avícolas estadounidenses, usan unos ajustes para el baño de agua eléctrico que tiene como objetivo producir la carne de mejor calidad, sin asegurar que las gallinas queden aturdidas de manera confiable. 

En otras palabras, utilizan choques de alta frecuencia y baja tensión, lo que puede dejar a las aves paralizadas (por lo que pueden ser transportadas fácilmente por la línea de procesamiento), pero no siempre inconscientes, según un extenso registro de estudios publicados que miden la actividad cerebral de las gallinas luego de recibir choques con diferentes ajustes. 

Se les corta el cuello a las gallinas inmovilizadas con una cuchilla industrial. Los científicos creen que muchas de ellas están conscientes cuando sucede. (Crédito: Asociación Estadounidense de Avicultura y Huevos)

Nadie sabe cuántas gallinas criadas en Estados Unidos podrían ser conscientes mientras son  asesinadas. Cada planta de procesamiento utiliza su propia configuración eléctrica para el baño de agua, y ninguna la hace pública. Los reguladores federales no registran la configuración, y mucho menos verifican que los animales estén inconscientes antes de la matanza. Investigadores independientes afirman que prácticamente nunca se les permite poner los pies en las plantas procesadoras comerciales.

Pero los científicos dicen que lo poco que se sabe sobre las prácticas estándar de la industria estadounidense es motivo de alarma. 
Una revisión del Dr. Mohan Raj, el investigador más ampliamente citado en este tema y un asesor de la agencia de seguridad alimentaria de la Unión Europea, concluyó: "No tenemos evidencia directa que demuestre que los ajustes eléctricos usados en Estados Unidos son adecuados para cumplir con las normas internacionales para el aturdimiento humitario y la matanza de aves de corral."
La co-autora de esa revisión, Dra. Sara Shields, que ahora es una especialista en bienestar de Humane Society International, dijo al diario The Huffington Post que los ajustes utilizados por las compañías avícolas estadounidenses "no han demostrado producir un aturdimiento efectivo." 
    
Steve Wotton, investigador de la Escuela de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Bristol, uno de los principales centros mundiales de investigación sobre el bienestar animal, dijo lo mismo. "Los ajustes de Estados Unidos que me han reportado y que he leído en estudios publicados son demasiado bajos para aturdir."  

Un portavoz de Tyson Foods, el mayor procesador de aves de Estados Unidos, dijo a HuffPost que "el manejo adecuado de los animales es una obligación moral y ética importante y lo tomamos muy en serio".

Pero, reconoció, "como la mayor parte de la industria, nuestras plantas usan actualmente el aturdimiento eléctrico de bajo voltaje". La compañía no mantiene configuraciones eléctricas estándar, añadió, "debido a la variación de una planta a otra". 

https://media.giphy.com/media/5kGG83etQcSwE/giphy.gif
Las gallinas experimentan un ataque tónico durante el aturdimiento electrico (en este material, el aturdimiento es administrado por una aplicación de electricidad en cada cabeza en lugar de un baño de agua). Durante una convulsión tónica, "el cuerpo del ave se endurece cuando los músculos se contraen, la respiración rítmica se detiene, tienen los ojos abiertos y no hay reglejo de parpadeo". Pueden estar conscientes durante y después de estas convulsiones. (Crédito: TopKip)


Los investigadores del bienestar favorecen un enfoque alternativo llamado "matanza de atmósfera controlada", en el cual las aves están expuestas a una concentración creciente de gas (típicamente dióxido de carbono) hasta que quedan inconsicentes irreversiblemente.

Más del 20% de las gallinas criadas en Europa ya son aturdidas usando sistemas de control de la atmósfera, incluyendo la mayoría de las gallinas en Gran Bretaña y alrededor de la mitad en Suecia, un cambio que no ha llevado a aumentos de precios para los consumidores.

Incluso si los aturdidores eléctricos fueran perfectamente efectivos, los investigadores animales dicen que seguirían siendo inferiores porque implican varias medidas adicionales que pueden infligir dolor a las miles de millones de aves que se procesan cada año.
Para prepararse para el baño de agua, las aves primero deben ser retiradas de sus cajas de transporte, un proceso poco elegante que puede resultar en huesos y alas rotos cuando las gallinas son arrojadas de sus cajas. 

Cada ave se pone al revés y tiene sus patas encadenadas en un transportador de metal. Los estudios han encontrado que casi todos los aspectos de este proceso causan estrés y dolor a los animales.

A diferencia de los humanos, las gallinas no tienen diafragmas, por lo que cuando las dan vuelta, sus vísceras comprimen su corazón y sus pulmones. Las gallinas también tienen receptores de dolor en las piernas, y los estudios muestran que el proceso de enganche les causa moretones en los músculos de los muslos y daños en las piernas.

Las gallinas son dadas vuelta y encadenadas en un transportador. (Crédito: Asociación Estadounidense de Avicultura y Huevos)

Desorientadas y con dolor, alrededor del 90% de las gallinas agitan sus alas inmediatamente después de ser ancadenadas. Debido a que las aves que comemos son muy jóvenes ― con solo seis semanas de edad en promedio ― sus articulaciones y tendones están subdesarrollados, por lo que el aleteo intenso puede llevar a articulaciones dislocadas, huesos rotos y hemorragias en la punta del ala.

El aleteo también puede causar que las aves reciban choques dolorosos previos al aturdimiento cuanda sus alas tocan el agua electrificada antes de que sus cabezas queden sumergidas.

Es raro que se filme a las aves entrando en baños de agua eléctricos, pero uno de esos videos, publicado en línea por un fabricante de baños de agua, parece mostrar que uno o más patos reciben choques pre-aturdidos cuando se acercan al baño electrificado. Advertencia: El material puede ser desagradable para algunos espectadores.


Algunas gallinas logran evitar ser asesinadas tanto por el baño de agua como por el corte de cuello, solo para sufrir un destino peor. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estima que cientos de miles de aves son accidentalmente hervidas vivas cada año porque logran sobrevivir hasta llegar a un tanque de agua hirviendo que ayuda a aflojar las plumas de los cadáveres.

La atmósfera controlada evita prácticamente todos estos problemas, ya que las aves están expuestas al gas mientras todavía están dentro de sus cajas de transporte y todas las etapas posteriores se realizan después de que mueran.

Los sistemas de aturdimiento con gas también producen una calidad de carne consistentemente superior, dicen los analistas, y los empleados gozan de mejores condiciones. No necesitan manejar animales vivos, y pueden trabajar bajo condiciones de iluminación normales (las instalaciones de baño de agua eléctrico se oscurecen para calmar a las aves).

Las gallinas constituyen más del 90% de los animales terrestres asesinados cada año en los Estados Unidos. Las gallinas que se venden para carne, conocidas como pollos de engorde, pasan su breve vida engordando en proporciones inmensas, más de seis veces su peso natural, como resultado de una selección genética intensa.

Estudios académicos y de la industria han encontrado que sus huesos subdesarrollados a menudo no pueden manejar la masa de su propio cuerpo, muchos experimentan trastornos esqueléticos dolorosos, incluyendo huesos deformados y piernas arqueadas. Otros apenas caminan o simplemente se sientan inmóviles.

Luego, después de seis semanas de vida, van al matadero.

Con la esperanza de aprovechar los recientes avances en el bienestar de las gallinas ponedoras, destacados grupos de animales, entre ellos Mercy for Animals y The Humane League, lanzaron este año las primeras campañas importantes para mejorar las condiciones de los pollos de engorde.

Perdue Farms, la cuarta compañía de aves de corral más grande de Estados Unidos, dijo a HuffPost que planea instalar un sistema de aturdimiento de gas en una de sus instalaciones a finales de 2017 y luego determinar un programa desplegables para sus nueve plantas de procesamiento.